sábado, 18 de marzo de 2017

¿Sobre o posmodernidad en la comunicación?

Se dice a menudo que la hoja en blanco es algo a lo que  se le teme mucho, para mi, mi peor temor es que no me alcancen las hojas, siempre ejercite más el lenguaje que las manos, (la facu y su sistema oral de examen no ayudaron demasiado) pero cuando me decidí a volcar ciertas ideas en papel siempre me faltó concreción.

Estoy irregularmente tratando de presentar ideas, reflexiones y trabajos en algún lado, creo que es más es un exorcismo mental que algún tipo de publicación de las mismas, pero quién soy yo para negarme ese momento.

Son varias las ideas que me dan vueltas por estos tiempos, la interpretación de una masividad de información que nos atropella, la teoría de que no podemos pensarnos como sujetos con responsabilidades y límites, las falta de empatía que nos lleva a sacrificarnos a nosotros mismos en pos de la defensa de una idea que no nos beneficia como comunidad, la falta de reconocimiento y uso de la palabra, la falta de ideas en el campo político, la sobreinterpretación sesgada de los (ya no nuevos) mundos de las redes sociales.

Hay una discusión en ciencias sociales en donde algunos  hablan de identificar a este momento social como sobremoderno o posmoderno.

((( Los que estudian este tipo de encrucijada por favor no le peguen al escritor.)))

Es una cuestión muy teórica en donde solo participan los que tienen ganas, pero puedo rescatar ciertas ideas que me ayudan a clarificar algunas ideas que me dan “las realidades” que me rodean.
Como primer punto ambas rotulaciones tiene partida en la caída de las ideas modernas en el mundo, grandes ideologías, relatos generalizadores y estructurantes del mundo, alineaciones bajo una idea que llevan muchas veces al ostracismo, la muerte de un sujeto único referente en las ciencias sociales que estudia a los “otros” viejos o a los “nuevos otros” cercanos, estructuralismo, y muchas cosas mas que parecen estar en franca caída, desaparecido o transformando. E aquí el problema.

Si habláramos de una SOBREmodernidad tenemos que pensar que las estructuras modernas no desaparecen, sino que se extienden y se transforman en su misma sombra o caricatura grotesca; ahora se hablamos des POSMOdernidad damos por desaparecidas todas la estructuras , ideas relatos y análisis modernos haciendo de este momento una herética y desestructurada época en donde aparentemente todo vale y todo sirve.

¿A dónde me dirijo?, bueno a muchos lados, soy así de molesto; pero por ahora me centraré en el espacio público de incidencia de las prácticas sociales comunes y su interpretación mediada por los medios de comunicación masivos,

Sin ser una sentencia ni algo terminado tengo la convicción que la gran pelea de la sobremodernidad y la posmodernidad se ve en los medios masivos de comunicación, debido a que tenemos la convivencia de las grandes pantallas 1.0 como la televisión y su extensión “privada” 2.0 que son las redes sociales a su  vez extensiones de las editoriales que generan el contenido 1.0. Es decir tenemos como sujetos de esta era ser conscientes más que nunca que la socialización de los medios de comunicación a diversificado los “medios y terminales” pero no las editoriales.

Los grandes medios de comunicación se replican en las grandes pantallas y en las pequeñas, la televisión y los celulares se presentan con los lugares por excelencia para poder determinar tanto lo que se quiere decir como lo que se quiere replicar. Como usuarios estamos expuestos a grandes invasiones de nuestra intimidad, no hablemos de la paranoia, sino de que a estar toda la información nuestra por internet somos una colección de datos y gustos o preferencias , esa información es captada para poder hacer lo que mejor hacen los medios de comunicación, vender, en un sistema capitalista descarnado y privado se quieren dos cosas, subsistir y vender, una depende de la otra.

Es así entonces que ninguno de estos medios quiere perder el privilegio ganado durante algún gobierno en particular  y abogará por el que más le convenga, entre tanto nosotros devemos tener la paciencia de re-leer los mensajes que se nos envían y estar conscientes de que toda información tiene un filtro editorial y hasta en nuestros “micromundos de las redes sociales” hay un objetivo en la información que se muestra, permanecer en la red, para poder mirar mas anuncios y así las redes vender más publicidad a cada vez supuestos clientes mejores seleccionados,

Una propaganda en los medios 1.0 trata de enviar un mensaje generalizador, ahora, una propaganda en un mundo 2.0 es más específica no por su mensaje sino por el refinamiento que se hizo en el público a quien se la da a conocer.

Este extenso momento de desahogo quiere terminar en algo mucho más productivo, repensemos los mensajes que se nos entregan, no reneguemos de ellos, solo sepamos que viene desde un lugar determinado y va hacia algún objetivo determinado.

Las realidades que me rodean son muchas, y creo que hace tiempo me puse como objetivo  tratar de analizarlas todas, no desentrañar su objeto, sino divisar desde donde se generan. En un mundo donde la información a nuestro alcance es más de la que alguna vez vamos a poder asequir, es “subsistencial”(horrible neologismo pero que ayuda) emprender el análisis del desde dónde, y no "el de cuanto" nos informamos.

Como dice Coco: pensa, pensa, pensa.

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